Ya se sabe mis habilidades y afición por la cocina, pero lo que si no me gusta es la costura. Algo que mi mamá ha querido que algunas de sus cuatro hijas heredara o al menos se interesara. Mi abuelita Rosa, su madre; era modista y siempre nos estaba haciendo vestidos y cuantas cosas le pedÃamos . Mi madre cose un poco aunque no le gusta mucho, lo que sà borda de maravilla. Nos solÃa hacer ropas bordadas; ahora solo lo hace para sus para sus nietos. PodrÃamos decir que Leila mi hermana mayor sacó algo de costurera, incluso hizo cursos de costura y todo.
Hace unos años como regalo de cumpleaños mi madre me regaló una máquina de coser porque decÃa que de las otras 3 hijas la que podrÃa mostrar un poco de interés seria yo y que quizás con alguna incursión al mundo de la costura en alguna academia empezarÃa a interesarme.
Pero resultó que no fue asÃ, sufrà tanto en las clases de costura haciendo patrones de faldas en miniatura y luego un falda a mi medida que terminé cansándome aún más del mundo de la costura. Asà que la máquina quedó guardada en algún rincón oscuro de mi habitación.
Años después la máquina terminó en Barcelona conmigo, luego de convencer a Paco para traerla, por si alguna vez necesitaba alguna costura recta y no tardar tanto haciéndola a mano.
El año pasado hice la senyera para la Diada de Catalunya, renegando mucho porque la máquina no funcionaba bien y decidà no volver a cogerla más, pues definitivamente lo mio no es la costura.
La máquina con la ayuda de Ana la pude reparar, faltaba unos ajustes en los engranajes. Y la tenia por ahi por si acaso. Pero hace unos dÃas decidimos cambiar las fundas de los muebles de la cocina. Ana nos regaló la tela asà que me puse con ella manos a la obra cortamos los moldes y dÃas después sin pensarlo terminé confeccionando mis propias fundas.
Quien me iba a decir que luego de mi asombro y mi incredulidad al ver ese regalo de cumpleaños terminarÃa 10 años después viéndolo útil. Debo dar las gracias a mi mamá por aquel inesperado regalo y dándole la razón, porque a pesar que no me guste coser a veces es necesario.