Hace varios años leí un libro de Didier Van Cauwelaert que me encantó, La educación de un hada. El libro tiene como protagonistas a Nicolás, un inventor de juguetes que en un trayecto de avión encuentra a la mujer de su vida. Ella es una viuda ornitóloga con un hijo de ocho años de desbordande imaginación. Nicolás, un niño en cuerpo de hombre, da alas a esa imaginación.
Durante todo el libro se suceden los paralelismos entre los cuentos de hadas y nuestro mundo. Los juegos entre lo que imaginamos y lo que vivímos son constantes.
Nicolás y la ornitóloga se han casado y son felices, hasta que un dia ella dice que todo se ha acabado. La historia esta llena de cariño, ternura y humor.
Aunque no tan bueno como el libro, esta semana pasada fuímos a ver la versión cinematográfica de esta película, La educación de las hadas, de la mano de José Luis Cuerda. Este fue el director de otra preciosa película: La lengua de las mariposas.
Actúa Ricardo Darín, uno de mis actores preferidos, sobretodo porque creo que ha acertado mucho en la elección de sus papeles. En esta ocasión hace de Nicolás y le viene como anillo al dedo.
No quiero desvelar más sobre la película, pero es de aquellas que te dejan un muy buen sabor de boca. Aunque debo advertir que si te has leído el libro te quedara corta e incompleta, la acción es más trepidante y, en mi opinión, la lectura resulta mucho mas grata.