Ayer compré un panetón de 100 gramos y con el chocolate de Quillabamba (Cuzco) que me envió mi mamá, tuve un desayuno típico navideño, cuando aún falta un mes para esta fiesta cristiana. Umm! estava rico con su leche evaporada y su sabor a cacao auténtico.
Mientras lo hacia recordaba, la cena familiar, los preparativos que hacia con mi familia, y como llenábamos la mesa y nos divertíamos contando historias, recordando anécdotas.
Cada vez la mesa se hacia pequeña, con la llegada de los nietos; luego la familia fue tomando otros rumbos y la mesa volvió a quedarse grande. Pero nosotros siempre estamos unidos a pesar de la distancia.
Estos días en la calle todo tiene ambiente navideño, comercialmente hablando: las luces, los villancicos, la gente aglomerada en los centros comerciales comprando… pero desde luego no se ve el verdadero sentido de la navidad: la reflexión, la solidaridad y la paz entre los hombres.
Cada vez la navidad llega antes a los centros comerciales pero no hay conciencia del sentido humano de esas fechas. Solo es un acontecimento comercial más, que une a las familias en torno a los regalos y a las abundantes comilonas, están juntos pero cada uno en su mundo, no hay diálogo ni unión familiar en muchos hogares.
Pakus
26 noviembre 2006 at 20:15
Es más, llegara un momento que no sera ni comercial, puesto que, al menos en la sociedad que me rodea, la gente dispone del dinero suficiente para comprarse los cacprichos durante el aí±o, con lo que al llegar la «Navidad comercial», resulta que todo el mundo tiene de todo.
Uno no sabe que regalar, lo cual desencadena una serie de regalos sin sentido. Regalos que disfruta el que los recibe, ni tampoco satisface a quién los entrega. Y es que la Navidad comercia, antes, y hablo de mas de 30 aí±os atrás, podía tener un sentido, puesto que las familias no disponían de tanta facilidad consumista: los nií±os esperaban todo el aí±o sus juguetes de navidad, los padres sus relojes, las madres sus joyas… pero ahora… ¡¿Que nií±o espera más de una semana lo que desea?!
Llegara el momento en que ni la «Navidad comercial» sera celebrada, puesto que estamos sumidos en tal vorágine consumista que reina el «quiero hoy y ahora y compro hoy y ahora».
Pero aún así, las fechas navideí±as siempre sacan algo de lo bueno que tod@s llevamos dentro, aunque sea poquito 😛