En el curso de catalán tengo que hacer la crítica de un libro que haya leído recientemente. Estaba entre L’ombra del vent (La sombra del viento de Carlos Ruiz Zafón) o L’església del mar (La Catedral del Mar de Ildefonso Falcones), tenia más puntos la segunda novela ya que ha sido la más reciente y además las narraciones sobre la edad media llaman mi atención. Es una época de esplendor en cuanto a edificaciones: castillos, iglesias, casonas y palacetes, todas hechas de piedras y decoradas con todo lujo; pero también es un periodo donde la ley es del que tiene más dinero, el vasallage y los tratos a los que sometian a sus siervos los llamados señores feudales es indignante. Y ni que decir del trato que recibian las mujeres, hasta los animales tenian más derechos que ellas.También los colores, olores y maneras con la que convivian en esos tiempos son algunas de las cosas que no me agradan.
Bueno por el interés arquitectónico sobre la época y aprovechando que seria una bonita manera de re-descubrir Barcelona al pasear por esas calles de antaño, decidí hacer la crítica sobre L’església del Mar. (Ver artículo sobre la novela )
Pensaba hacer la ruta por mi propia cuenta pero descubrí que hay una empresa especializada en esa ruta, asi que nos contactamos con ellos y Paco y yo nos embarcamos en la aventura por las calles por donde Arnau y Joan cobran vida en el libro. La ruta resulto ser más comentarios sobre las costumbres, los palacetes y construcciones medievales, del libro comentaron poco pero visitar la iglesia de Santa Maria del mar fue impresionante.
P udimos ver los labrados en las paeredes exteriores con los bastaixos cargando las piedras con la que contruyeron la iglesia. Por dentro la perfección de la arquitectura basada en multiplos de 3, para las columnas, para los arcos, los vitrales, ect. Según nos explicaba la guía los arquitectos modernos se sorprenden de la perfección al milímetro con que esta hecha la iglesia teniendo en cuenta los medios precarios con los que contaban por entonces. Vimos los vitrales magnificamente escogidos los colores a ambos lados de la iglesia teniendo en cuenta la entrada el sol y asi poder dar luminosidad siempre. Y por supuesto vimos a la Mare de Déu con un niño a la espalda y el barco de madera a sus pies. Y si te fijas bien hasta parece que la Mare de Déu sonrie….como decia Arnau.
Después podimos ver lacasa de Arnau en la intersección de las calle de los cambios viejos y la calle de los cambios nuevos donde Arnau se establece como cambiador, el palacete de la calle Moncada i la plaza del Blat, testigo de tantos acontecimientos en la vida de Arnau y Joan y el esgarrifante crit de Via Fora.
Vimos el hostal donde descargaban y descansaban los comerciantes al llegar al puerto mientras colocaban su mercaderia en los mercados, entre los que se encontraba el de la calle del Born. También la calle de la vergüenza por donde paseaban a los condenados a la horca camino a su último destino. El hostal de las mujeres nodrisas, que se encargaban de dar el pecho a los hijos de las nobles.
Una ruta interesante tanto porque nos hacia revivir el libro como por algunos datos curiosos sobre las costumbres y la estética de la época: las rubias (no ha cambiado mucho ) eran las preferidas asi que las mujeres usaban lejia para decolorarse el pelo, con un poco de aceites y más potingues intentaban restablecer la sedocidad y eviatr las puntas rotas. Menos mal que ahora hasta hay tintes sin amoniaco y productos suavisantes que dan el mismo efecto. Yo lo hubiese tenido complicado por mis pequitas, ya que eso no era un canon de bellesa ni tampoco la piel oscura asi que nada menos que una mezcla de cal y agua para blanquear la cara.