Ayer volví de Cannes, como comenté en la entrada anterior. Han sido unos días muy agradables, asistimos a unas cuantas conferencias sobre virtualización, basada en los productos de VMware, y tuvimos la oportunidad de realizar algún «hands-on-lab», un laboratorio donde probar alguno de estos productos.
El tema de la virtualización de servicios y servidores creo que es algo que en un futuro no lejano revolucionará la forma de entender la integración y administración de sistemas. Lo comentado en estas conferencias así lo indica.
Además de tiempo para las conferencias pudimos, mi compañera de trabajo Noe y yo, disfrutar de la ciudad de Cannes, sobretodo del casco antiguo. Este gira entorno a una iglesia-castillo fortificada, es un casco lleno de calles estrechas y empinadas, con casas antiguas. Una de las más bonitas es «Rue du Suquet» en la que se pueden encontrar muchos restaurantes conde disfrutar con la magnífica, aunque cara, comida francesa.
Otra de las partes interesantes son los dos puertos, el viejo y el nuevo, que están unidos por un precioso paseo marítimo, llamado «Croisette». En el se puede observar de noche una bella estampa de la ciudad iluminada, así como un juego de coloridas luces a lo largo de todo el paseo.
El Palais des Festivals, lugar donde se celebra cada año el Festival de cine de Cannes, me pareció algo antiguo, no en vano fue construido en 1949. Sin embargo, un edificio anexo de forma circular es una maravilla arquitectónica. En él se celebro la fiesta de clausura del VMWorld Europe 2008, donde lo pasé realmente bien.
En resumen: mucha información, buena comida, algo de turismo, algo de playa y un muy buen recuerdo.