Creo que muchos de los que ahora rondan los 30 años, y que vivieron esas épocas doradas de nuestra infancia, recuerdan a que jugaban al salir de clase: fútbol, pilla-pilla, pichi, baloncesto, cuba-libre, a buscar bichos, a intercambiar cromos, a salir en bici, a correr (sin motivo alguno, sólo correr)… y muchos más…
Uno de los que he recordado hoy ha sido el yo-yo, ya sabéis ese juguete que esta formado por un disco con una ranura en medio en la que se enrolla un cordón. Dicho cordón también se anuda a un dedo y se lanza el yo-yo para que este suba y baje por el cordón. ¿lo recordáis?
El caso es que hoy me encontré con este vídeo y la verdad es que me hizo pensar si lo que hacíamos nosotros era realmente yo-yo, ya que viendo a este elemento, nuestro elevador, el tiovivo, el perrito o el péndulo, quedan muy poco glamurosos. Os recomiendo ver todo el vídeo, pero si tenéis prisa, no os perdáis a partir del minuto 2:50 que no tiene desperdicio.
La verdad es que lo pasábamos bien, no hacía falta mucho para distraernos. No teníamos al alcance tantos entretenimientos individuales, como las consola portátiles, los teléfonos móviles, internet… creo, y a riesgo de hablar como mi padre, que entonces todo era mas social, más cercano.
Ahora el término social ha cogido un nuevo significado. Tenemos la posibilidad de conocer más gente, de un más amplio abanico de culturas y lugares. Las redes nos permiten conocer a nuestro vecino de Tierra de más de 10.000 kilómetros. También hablar con alguien con nuestras preferencias y que este cinco husos horarios más allá. No se puede negar que Internet nos enseña y nos muestra muchas realidades…
… sin embargo no podemos limitarnos a estar frente a la pantalla (del ordenador, del móvil, del ipad…), debemos salir, reunirnos y conocernos cara a cara, salir a jugar, echar unos tiros o un partidillo, o ir a caminar o patinar… sea como sea… necesitamos de esa porción de «social» que, temo, se esta perdiendo poco a poco.
Ufff… lo dejo por hoy que me estoy poniendo demasiado «padre» 😛 Pero, eso si, SED FELICES