Sobre las once nos encaminamos al Mercat de Sant Antoni, un paseo reservado desde hacia mucho tiempo. En este sitio hay cuadras y cuadras con puestos de libros de hojas amarillentas pero que guardan mucha historia no sólo por lo que dicen sino por lo que realmente cuentan esas cosas antiguas, además hay discos de vinilo, cromos y revistas de tiempos remotos, hasta libros, revistas y Cds de música y películas de actualidad.
También hay puestos con algunas curiosidades como escudos y banderas, minerales (piedras, rocas y fósiles marinos) y postales o carteles de películas de los años 40.
Es un deleite para la vista y los oidos, ver tantas cosas y escuchar los comentarios de la gente que acude quizás sólo para ver como era mi caso o en busca de alguna curiosidad que llevaba tiempo buscando.
Sin duda un paseo que se volverá a repetir con más calma y a lo mejor con alguna cosa en mente para buscar.