Sin duda la noticia del fin de semana, lo recogen muchos de los medios de todo el mundo, para vergüenza ajena de muchos de los que vivímos en este Estado y que nos hace alejarnos, un poco más, de la monarquia y de esta España que nos es algo ajena.
Sucedió en la última sesión de la Cumbre Iberoamericana. Zapatero estaba interviniendo para pedir a Chávez que fuera respetuoso con el ex presidente del gobierno, Aznar, a quién el presidente venezolano había llamado «fascista» en varias ocasiones.
Extraído de BBC Mundo:
«Se puede estar en las antípodas de una posición ideológica y no seré yo quien esté cerca de las ideas de Aznar, pero fue elegido por los españoles y exijo ese respeto», le dijo el presidente español a Chávez.
El gobernante venezolano no paró de hablar intentando interrumpir mientras defendía su derecho a expresar su opinión.
Entonces, el rey de España, el único jefe de Estado que ha participado en todas las cumbres, visiblemente irritado, instó a Chávez a dejar hablar a Zapatero diciéndole: «¿Por qué no te callas?».
Aquí se puede ver el vídeo con la grabación del momento:
http://www.youtube.com/watch?v=1lztBM7Bc2w
Esta claro que ni Aznar, ni Chávez despiertan mi simpatia. Pero la actuación del Rey estuvo fuera de lugar, tanto en las formas como en el fondo.
No creo en la monarquía, ni en aquellos representantes que no pueden ser escogidos democráticamente en las urnas. Y si bien la española no suele molestar, a parte del gran agujero para el presupuesto nacional, últimamente están siendo protagonistas de algunos patinazos que están alimentando la idea de su abolición.
El Rey no puede comportarse así, como tampoco podría comportarse el presidente del gobierno, o un alcalde o, si me apuran, cualquier representante que habla y actúa en nombre de otros muchos. Hay una serie de normas, llamadas protocolo, para que las acciones, el lenguaje y los tratamientos sean los más asépticos posible, pues recordemos que estas personas nos representan. ¡Queramos o no!
Hoy escuchaba en la radio que era una respuesta, la del Rey, muy humana y que demostraba «lo campechano» que es. Que me perdonen, pero si por obligación, o mejor dicho por Constitución, debo tener Rey, lo mínimo que le pido es que sea profesional.
Ser profesional, lo mismo que me exigen en mi trabajo, lo mismo que exigimos a un alcalde, a un ministro, al presidente del gobierno… Profesionalidad. Y ser profesional es atenerse al protocolo, medir los actos, las palabras y tragarse el ímpetu.
Entiendo que los políticamente correcto es defender la actuación del monarca, como hoy hacía la mayoría de los contertulios en los análisis políticos. Sin embargo, me perdonan, pero yo me siento avergonzado y abochornado por la actuación de Juan Carlos.
Que muy lejos de callar a Chávez le ha dado una gran publicidad, un globo de razón, y de alimento que, como buen populista, sabrá utilizar en su política interna. El Rey no es nadie para hacer callar a ningún representante electo.
Recordemos que estos, los electos, tienen el apoyo de la mayoría a quién representan… ¿lo tiene el Rey?