Dejadme contaros que me ha pasado hoy. Salí a correr bien temprano, cuando el sol no había salido todavía. Llevaba un ritmo lento, despertando la musculatura, y las ganas, cuando he escuchado ruido delante mío. A unos metros de distancia un grupo de jabalíes rezongaban en el barro.
Por evitar cualquier peligro, me he desviado por un camino que nunca antes había visto. Una ligera bajada, que he agradecido, me ha llevado hasta la base de una pared de barro. Era tan alta que casi no podía ver donde acababa. He seguido corriendo en paralelo a la misma.
Como de costumbre, mi mente iba haciendo lo suyo: resolviendo conflictos, pensando en el desayuno, imaginando sobre que escribir hoy… De repente me he fijado en una gran inscripción en el muro de barro: ¿Que es lo que quieres?
¿Que es lo que quiero?
¿Que es lo que quiero? Esa pregunta ha empezado a rebotar en mi cabeza. ¿Cuando fue la última vez que me (te) paraste a pensar en ello?
Empecé a leer hace mucho. Quise leer y, cuando más leía más quería. Descubrir historias, vivir en las vicisitudes de otros, comprender la magia que hay tras una historia bien contada… quise escribir.
Recuerdo que hace muchos años quise recorrer el mundo. Conocer lugares remotos en los que el día a día fuera diferente. África, Sudamérica, Asia… lejanos y llenos de misterios.
Descubrí una ventana al mundo que me permitía contactar con mucha gente. Quise conocer amigos, intercambiar puntos de vista, objetivos de vida, ayudar(nos) a ser más felices. Ir a casas rurales, jugar, beber, comer, reír y volver a empezar.
Más tarde me enamoré, recuerdo que quise reducir distancias, acercar continentes, vivir juntos siendo uno, explorar sentimientos y emociones. Y amé plenamente y por primera vez.
Y descubrí que el amor es un gran #motivosparaserfeliz.
Hace 12 años, quise ser padre, y repetir hace 10. Sentir una nueva forma de amor. Más sosegada y pura. Padecer y disfrutar con la vida de ellas (Naira y Vinyet). Ser ejemplo, enseñar y, a la vez, aprender y convertirse en mi faro. No dejar lugar a la tristeza si ellas están conmigo.
Aprendí a relativizarlo todo. No hay nada que me llene más que su cariño, su ternura. Que, juntos, descubramos un mundo, que siendo el mismo, parece diferente cuando estoy a su lado.
Y son ellas, las que me dan mis más grandes #motivosparaserfeliz 😛
Quise progresar en el trabajo. Crear un equipo, compartir mi (su) experiencia, mi motivación, ser guía, ser guiado, celebrar éxitos, aprender de los errores, mejorar mis capacidades, hablar otros idiomas, comunicarme de otra forma, conocer gente interesante, conocer otras no tanto.
He querido correr y caminar. Quise descubrir el Camino de Santiago, quise hacer cimas, travesías de montaña, cursas de resistencia. Entrené para competir conmigo mismo (y gané). Descubrí parajes increíbles, de esos que te ponen en tu sitio, que te hacen sentir más pequeño y enormemente feliz.
He dormido en el suelo, en una tienda, en una iglesia, en un establo. Quise subir al pico más alto y odié bajar de allí :-D.
Quise cambiar…
Era hora de volver a casa, llegué, me duché y todavía me preguntaba.
¿Que es lo que quieres? ¿Que es lo que quiero?
¡Lo quiero todo!
Pos-data
La próxima vez que nos veamos, recuerda que lo quiero todo. Quiero que salgamos a correr, a la montaña o a la playa. Quiero que comamos juntos, que nos tomemos un café, o dos, que hagamos un bacon bomb, unos calçots, que nos vayamos de casa rural…
Quiero tus abrazos, tus besos, tus sueños, tus problemas, tu amistad, tus cosas que no soporto.
Quiero que viajemos al pasado, que pensemos en el futuro, que vivamos el presente.
¡Y quiero celebrar mis 44 añazos!
Quiero más #motivosparaserfeliz y los quiero contigo…
