Hay un bosque cerca de donde vivo que es famoso por ser el lugar donde tiene lugar una leyenda. En dicho bosque hay un pozo al que llaman «el oráculo de la felicidad».
Mucha gente dice que al asomarse a este pozo han visto la imagen de un hombre o de una mujer, según sea el testimonio, en el fondo del mismo. Se trata de una imagen de la felicidad, que les ha proporcionado tanto optimismo, tan buen rollo, que a partir de ese momento cambió sus vidas. Dicen que una vez la miras y la encuentras allí tu vida se completa, se alinean las estrellas y el destino se reescribe de una forma mucho más dulce que hasta entonces.
Esta es la leyenda que todo el mundo sabe y referencia en mi pequeño pueblo. Ahora bien no todo el mundo encuentra esa imagen, no todo el mundo tiene esta vivencia. Son muchos los casos, cada vez mas, de gente que al asomarse solo ven oscuridad o el reflejo de sus rostros.
Naira, a sus 16 años, pasea a menudo por este bosque. Dice que le reconforta, que le transmite paz y tranquilidad, que le ayuda a ordenar sus pensamientos. El otro día ella y su hermana Vinyet volvían de él. Se habían ido algo preocupadas por el futuro inmediato que les depara: el paro juvenil, la educación universitaria, la pérdida de los valores de la sociedad, el Espanyol en segunda y todo aquello que ronda sus bien amuebladas cabezas.
Al volver, sonrientes y felices, les pregunté como era que aquel pozo funcionaba con ellas y no con el resto. Me invitaron a acompañarlas y lo comprendí.
La gente, cargada de preocupaciones y problemas, asoma la cabeza a la apertura del pozo, se quedan mirando el fondo y al ver su imagen reflejada, se van haciendo aspavientos y diciendo que aquello es una tontería, que no sirve de nada y que no funciona.
Sin embargo mis hijas llegaron, se asomaron y al ver su cara reflejada en el agua del fondo, sonrieron… ¡Y su vida cambió!
Si sonríes a la vida… la vida te sonríe a ti.
Feliz 2013 y llenad vuestras vidas de sonrisas… Hay mucho por hacer, mucho por reformar, mucho por cambiar…