Esta etapa se presentaba como una de las mas horribles, muchos asfalto en la N-120, con camiones pasando a 100 kilómetros hora. Finalmente no fue tan horrible, puesto que todo lo que iba a ser asfalto se convirtió en un camino de grava prensada paralelo a la carretera.
Partiendo desayunados de Sto. Domingo llegamos a Grañón, en este pueblo entramos en el bar Teo. Allí pudímos elegir entre bocadillos de tortilla o de salchichas tipo frankfurt. Eso si, una hora tardaron en servirnos, con lo que casi podríamos considerar un nuevo inicio de etapa. 😉
Desde Grañón continuamos por un camino, embarrado, hasta llegar al final de La Rioja. Allí un cartel nos dio la bienvenida a Castilla y León. Sólo tuvimos que descender la cima para llegar a Redecilla del Camino, donde una nueva parada para tomar aliento y algo de bebida…
«Alcohol, alcohol, alcohol, alcohoooooool…
hemos venido a emborracharnos el resultado nos da igual…»
En el Alberge de Redecilla nos ofrecieron una bebida típica… la zurra, también llamada zurracapote… parecida a la sangría, quizás algo mas dulce: vino tinto, zumo de naranja y limón, canela, bacardí y azúcar. Compramos una botella para el dia del pase de fotos.
Desde Redecilla a Belorado existían dos pueblos mas. Para llegar a uno de ellos había que realizar una «V», Albert y Juanca, decidieron ir hacia Viloria de Rioja en busca de un bar donde sirvieran birra… con esa idea en la cabeza no la encontraron hasta llegar al final de etapa… pero les motivo para ir levantando pegatinas. Mas tarde Aranza y Lorena también tomaron ese camino.
Tania, Eli y yo tomamos una alternativa por la carretera, arcén de la N-120, para evitar la «V», aunque resultó que mas o menos hacíamos el mismo recorrido.
A unos 4 kilómetros de Belorado esta Villamayor del Río, el pueblo fantasma… con un club y cuatro o cinco casas, sólo habitadas por perros y gatos negros… ¡Uff, salímos vivos!
Llegado a la iglesia de Belorado, en solitario, me dí cuenta de que el albergue parroquial estaba cerrado, así que llamé al teléfono de la rectoría, preguntando por el padre Dn. Angel… Me respondieron que ya «no estaba con nosotros»... ¿?¿?
Finalmente me indicaron un nuevo albergue, Cuatro Cantones, donde hicímos todos noche. Comímos, cenamos y desayunamos en la Cafetería KAIS. Probad las «raquetas». La tercera etapa «a la butxaca».
Recuento de ampollas: Todos, menos Paco.
Lidia
28 mayo 2006 at 17:52
Yo dormi en Villamayor del Río.
Los hospitaleros eran super majos, los colchones eran buenisimos.Algunos vecinos de habitacion decian que se ivan a levantar por las6:00 o algo asi. Al final hasta que el hospitalero no puso musica peregrina junto al olor a cafe recien echo alli no habia quien se levantase. Al final los que se ivan a levantar por las 6:00 salian como todos a las 8:30. Con las fuerzas bien recuperadas gracias a la esquisita cena (gracias Mª Carmen) y al buen desayuno(gracias Roberto) partimos hacia Santiago con muchas aventuras por delante.
Si quieres un buen día de descanso te recomiendo este albergue.
Una peregrina agradecida.
Ultreia