Muchas gracias a todos por las muestras de preocupación que hemos recibido. Se les quiere un montón a todos.
Por aquí, en Lima, la situación es tranquila, como si nada de esto hubiera pasado jamás. A excepción de un gran movimiento de donaciones para los damnificados del Sur de Perú que tiene toda Lima por escenario.
La verdad es que las imágenes que hemos visto por la televisión son devastadoras, hay familias que han perdido sus casas, que deambulan sin comida ni agua, sin saber que hacer, ya que las réplicas del terremoto se repiten constantemente.
La mayoría son débiles e imperceptibles, pero otras superan los 4 o 5 grados de la escala de Richter. Eso, en la zona afectada, es revivir una y otra vez el catastrófico 15 de agosto.
Usan adjetivos como tragedia, desastre, catastrofe… pero creo que no hay palabras para calificar lo que la gente de Pisco, Ica y Chincha estan pasando. Las huellas de este terremoto tardaran años en desaparecer, han hecho mella en las almas de los que lo vivieron en primera persona, en los que no tienen casa, trabajo o todo aquello que les costo media vida conseguir.
Pero en estos momentos tan duros, también surge lo mejor de la gente. La solidaridad de todos los pueblos para con los mas necesitados es una realidad que ilumina este episodio tan triste. Si deseais colaborar, aqui tenéis como hacerlo.
Por nuestra parte, intentamos seguir con nuestras vacaciones, pero obviamente nuestros planes han cambiado. Lo mas seguro es que nos quedemos en Lima y, desde aqui, hagamos algún que otro viajecito cercano.
La vida debe continuar, pero a veces continua de otra forma…
